El naufragio de nuestro Depor.


 Durante este año 2022 el Deportivo de A Coruña está viviendo su peor etapa como club a nivel deportivo. O por lo menos, obteniendo los peores resultados de su historia reciente.

Atrás quedan esas amenazas de desaparición por aquella inmensa deuda, el mal estado del estadio municipal de Riazor y la poca afluencia de público que se llegó a vivir alguna que otra temporada en la ciudad herculina.

A día 11 de Diciembre de 2022, podemos decir que todo ha ido a más en el seno blanquiazul. Hemos mejorado mucho en cuanto a marketing, las instalaciones de Riazor y Abegondo son envidiables, el número de socios en relación a la categoría es insuperable, el club maneja de forma señorial las redes sociales y hemos dado un paso al frente en cuanto a la igualdad con la creación del equipo femenino y Genuine.

Todo, absolutamente todo ha mejorado en el Depor. Todo, menos una cosa, la que más nos importa a aquellos que vivimos por y para el club; lo que pasa dentro del verde.

Muchos culpan a Tino, otros incluso a Augusto César Lendoiro, algunos a Abanca y hasta hay quien responsabiliza a esos "presidentes" que pasaron rápido y mal por plaza de Pontevedra.

Cada año, analistas y aficionados señalan a la dirección deportiva, al banquillo o incluso a los jugadores (esos que duran menos en la ciudad de cristal que los rayos del sol), pero nadie, absolutamente nadie, sabe a ciencia cierta que es lo que sucede en el Depor.

Unos pidiendo cantera, otros que se fiche a base de talonario, alguno que otro pidiendo a ese ex tóxico que dio algún que otro buen momento...diversidad de opiniones que provocadas por la mala situación del club, ha conseguido que el clima entre aficionados llegue a ser tenso, creando desunión, lo único que le faltaba a este cuento de terror.

Si me tuviese que mojar yo, achacaría esta no mejoría a la falta de estabilidad, a los tumbos dados año tras año por esos "buenos" hombres trajeados que de una u otra manera han querido exprimir esta jugosa fruta llamada Deportivo de A Coruña, pero bueno, yo no soy ningún experto, solo un simple aficionado que sufre y disfruta con la escuadra blanquiazul. Obviamente, no tengo la solución, pero si creo que la base del resurgir debería ser una mezcla de estabilidad y orgullo. 

Durante este año 2022, justo cuando se cumplen 20 años del naufragio del Prestige y 116 de historia blanquiazul, estamos asistiendo al enésimo desastre de nuestra entidad que, sin pena ni gloria, está dando tumbos por la tercera categoría del fútbol español.

Eso sí,una cosa tengo clara y es que este barco tardará más o menos tiempo en llegar a buen puerto mientras esté capitaneado por esos piratas, pero nunca, nunca acabará de hundirse. 

Los marineros que llevan 116 años sosteniéndolo, no tienen pinta de que se vayan  a bajar en mitad de este océano, y al fin al cabo, por muchos tumbos que se den con el timón, más fuerza se ejerce remando todos juntos en la misma dirección.

Un saludo y forza Depor.


El que meta gana.


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